miércoles, 8 de febrero de 2012

Comunicación: Vector de Emociones en la Organización. (Parte I)

PALABRAS CLAVE
Comunicación, Emociones, Manejo Emocional, Comportamiento, Organización, Identidad Organizacional, Liderazgo, Cultura, Stakeholder.

ABSTRACT
Toda comunicación conlleva una carga emocional, esto implica que, en cada interacción humana existe un intercambio gradual de emociones que afectará las respuestas recibidas y moldeará las relaciones interpersonales y colectivas del individuo en sociedad. En las organizaciones del siglo XXI, el coeficiente emocional del talento ha ganado espacios sobre el coeficiente intelectual, siendo el primero, la clave de las relaciones, la base de la cultura y el cimiento de las comunicaciones corporativas.

COMUNICACIÓN: VECTOR DE EMOCIONES EN LA ORGANIZACIÓN
Cada día, directivos y gerentes alrededor del mundo toman decisiones que afectan el desempeño de sus organizaciones en los ámbitos en los que éstas se desenvuelven. Dichas decisiones eventualmente impactarán a algún público del mapa de stakeholders con los que las organizaciones se relacionan, especialmente al público interno, quienes suelen ser los principales afectados (emocionalmente hablando) cuando se requiera operacionalizar las decisiones. Ante procesos de crisis, y en la economía del Siglo XXI cuándo no se está en crisis, la salud emocional de las organizaciones (Härtel, Zerbel y Ashkanasy; 2005) juega un papel crítico para generar aprendizaje y salir airosos de las turbulencias del cambio.

La salud emocional de las organizaciones se refiere al grado de satisfacción y compromiso demostrado por los colaboradores a partir de su sentir, pensar y actuar. Está inmerso en la identidad organizacional, y expresado en el grado de asertividad de todas las comunicaciones que transitan las vías de la organización.
Toda comunicación lleva una carga emocional, y a su vez, toda emoción comunica un significado intrínseco que muchas veces no es explícitamente manifestado por el interlocutor. Las emociones están presentes en todos los ámbitos de la vida social. Las organizaciones, por su carácter humano, se desarrollan dentro de un entramado de significados (Manucci, 2005) manifestados a través de las diversas formas de comunicación organizacional. Dentro de las formas de comunicación organizacional más básicas, existe la clasificación de canales y comunicaciones formales e informales. Incluso existen habilidades asociadas a la comunicación en entornos organizacionales. Estas habilidades, según un estudio publicado por Adler y Elmohrst (2005), son las siguientes: Comunicación oral, motivación personal, resolución de problemas, toma de decisiones, liderazgo, relaciones humanas, trabajo en equipo, experiencia laboral, administración del tiempo, aspectos personales, comunicación escrita, desempeño académico, creatividad, delegación y el manejo de varios idiomas.

Prácticamente todos y cada uno de los aspectos de la vida organizacional se desarrollan en torno a la comunicación. Incluso en áreas duras o técnicas como pueden ser finanzas, auditoría u operaciones de manufactura, la comunicación juega un papel primordial al momento de generar reportes que traduzcan solo números en resultados para la dirección, en áreas de oportunidad de mejora para otros subsistemas  del negocio o para evaluar el clima de trabajo en una línea de producción.

Las emociones están presentes en cada interacción posible dentro de la vida organizacional. Bien sea al momento de comunicar los resultados de desempeño del último trimestre en un subsistema de ventas, o al tomar la decisión de reducir en un 7% la nómina total de la empresa, quizá al momento de celebrar el lanzamiento de un nuevo producto, o en procesos de negociación de contratación colectiva con el sindicato, incluso cuando recibimos el primer cafecito de la mañana por la atenta señora María, cada una de esas realidades conlleva una carga emocional que moldeará nuestras relaciones interpersonales y corporativas dentro y fuera del trabajo.

Tanto las comunicaciones formales, como las informales, por muy sofisticadas y acartonadas que puedan llegar a ser, redactadas por el ejecutivo más neocortical-izquierdo (racional), expresadas por el mejor orador o vocero organizacional, intrínsecamente están sustentadas por alguna emoción, que seguramente generará alguna otra emoción en quien recibe los mensajes. Si tomamos el axioma de que es imposible no comunicarse, entonces podemos también asegurar que es imposible no emocionarse. Las emociones son procesos naturales, biológicos, químicos, fisiológicos, ecológicos del ser humano; nacemos con ellas y el adecuado manejo de las mismas definirá el éxito de nuestros procesos comunicacionales.

Continua...

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